Consumo de tabaco y embarazo
Según la Encuesta Nacional de Factores de Riesgo del 2009, el 26% de las mujeres argentinas en edad fértil son fumadoras y tienen un consumo promedio de 9,4 cigarrillos por día.
Hay poca información acerca del consumo de tabaco durante el embarazo en nuestro país. Datos del 2005 muestran que el consumo de tabaco durante el embarazo es culturalmente aceptable y que el 10,3% de las mujeres fumaba comparado con 18,3% en Uruguay, 6,1% en Brasil, 0,8% en Ecuador y 0,8% en Guatemala. Un estudio realizado por el Instituto de Efectividad Clínica y Sanitaria en 2010 en 800 mujeres embarazadas del conurbano bonaerense mostró que 32,3% eran fumadoras al inicio del embarazo. De éstas, el 19% dejó de fumar en algún momento de la gestación y el 13,3% continuó fumando.
No hay estudios publicados sobre consumo de tabaco durante la lactancia en nuestro país. En el resto del mundo, un alto porcentaje de mujeres deja de fumar durante el embarazo pero recae justo después del parto. Es probable que en nuestro país suceda lo mismo.
A nivel mundial, se estima que, entre el 10 y el 50% de las embarazadas deja de fumar por su cuenta al enterarse de que está embarazada, ya sea por un tema de salud o porque le da nauseas el cigarrillo.
El consumo de tabaco durante el embarazo afecta la salud de la madre y la del feto y recién nacido
El consumo de tabaco durante el embarazo se asocia con un mayor riesgo de:
De manera errónea, existe el mito de que fumar “hasta 5 cigarrillos” no es dañino. Sin embargo, esto no es así. Fumar, aunque sea un solo cigarrillo, expone al feto a 7.537 substancias tóxicas y dañinas que pueden afectar su desarrollo y crecimiento. Las sustancias tóxicas del humo atraviesan la placenta. Cuando hay humo de tabaco en el ambiente, el feto recibe menos oxigeno, aumentan los latidos de su corazón y se altera el crecimiento de sus pulmones. También disminuye la circulación de sangre por la placenta, por lo que el feto recibe menos nutrientes.
NO hay un nivel seguro de consumo de tabaco durante el embarazo.
El objetivo es NO consumir NINGUN cigarrillo
No solo las mujeres fumadoras exponen a su bebé a tener más complicaciones: las mujeres no fumadoras que están expuestas al humo (trabajan o conviven con un fumador) también tienen más riesgo de tener bebés de bajo peso al nacer o bebés prematuros.
Los bebés de madres fumadoras tienen mayor riesgo de contraer infecciones y de tener otros problemas de salud como ser:
El hecho de que una mamá fumadora tenga un recién nacido sin problemas no descarta que éstos no aparezcan durante la niñez, sobre todo si la madre continua fumando.
Los niños de madres que fumaron en el embarazo tienen, entre otros, mayor riesgo de:
Los hijos de padres fumadores tienen también mayor riesgo de tener:
La buena noticia es que las mujeres que dejan de fumar antes o durante el embarazo, no solo mejoran su salud en general sino que reducen su riesgo de ruptura prematura de membranas, embarazo pretérmino y recién nacido de bajo peso.
Dejar de fumar durante el embarazo es una enorme oportunidad para mejorar la salud de la mujer fumadora y la de toda su familia.