Se propone hacer una evaluación preliminar de como las urgencias o impulsos por fumar son registradas por los fumadores y evaluar si la fuerza de las urgencias antes de intentar dejar de fumar predice el éxito a corto plazo de la CT.
Los modelos del comportamiento de fumar tabaco proponen que se fuma por: placer o satisfacción, por necesidad de aliviar un estado de dependencia inducida por la nicotina y por impulsos automáticos no asociados a placer ni alivio que se van adquiriendo durante la vida de fumador.
Siguiendo los conceptos de la teoría de PRIME (Planes, Respuestas, Impulsos e Inhibiciones, Motivos y Evaluaciones) acerca de las creencias sobre las consecuencias positivas y negativas de fumar (‘evaluaciones’), sentimientos de atracción y aversión: específicamente, los sentimientos de ‘quiero’
(sentimientos de anticipación del placer o satisfacción) y ‘necesito’ (sentimientos de alivio esperado), o evitación de molestias o de un estado. La teoría PRIME también incorpora el concepto de ‘automatismo’ en los ‘impulsos’, que pueden surgir de asociaciones aprendidas (hábito) o ignoradas (instinto) asociaciones con desencadenantes ambientales. En esta teoría, la experiencia de los impulsos de fumar puede surgir de deseos, necesidades o impulsos automáticos.
Se evaluaron de modo prospectivo 566 fumadores que asistieron a su programa de CT quienes debían completar un cuestionario sobre diferentes tipos y frecuencia de necesidad de fumar. Datos demográficos, edad, sexo, cig/día, tiempo al 1° cigarrillo y CO.
Los fumadores pudieron distinguir entre 3 tipos de urgencias dominantes en su comportamiento:
Resultados: del total de los fumadores informó como impulsos dominantes
Los resultados representan una evaluación preliminar de impulsos clasificados como: impulsos automáticos, impulsos por necesidad e impulsos por deseo y sugieren que los fumadores pueden hacer esta diferenciación y que puede ser útil para entender el proceso de recaída.
La mayoría de los pacientes del estudio (47,9%) informaron que estos impulsos eran ‘automáticos’, que ocurrían sin el esperado placer o alivio de la incomodidad. La fuerza del impulso automático estaba negativamente asociada con su capacidad para mantener abstinencia hasta 4 semanas tras el inicio de un intento de dejar de fumar. Por lo tanto, clasificar los impulsos antes de intentar dejar de fumar podría ayudarnos a predecir que fumadores son propensos al riesgo de recaída.
En conclusión,
Si este hallazgo se replica, puede ayudar a informar a nuestra comprensión de la conducta de fumar.
Dr. Fernando W. Müller
Proyecto MEDEF