Los fumadores suelen tener los dientes manchados por la acción de la nicotina y el alquitrán. El tabaco sobre los dientes produce una coloración superficial (pardo amarronado) y favorece la aparición de sarro. También aumenta el riesgo de caries en el adulto. Además, el tabaquismo se asocia con mal aliento causado por modificaciones en la cantidad y calidad de la saliva.
Los fumadores tienen también mayor riesgo de enfermedad periodontal, una enfermedad crónica y progresiva que ocasiona la pérdida de los dientes. Cuando el proceso inflamatorio solamente afecta la encía se denomina gingivitis cuando el proceso inflamatorio afecta a los tejidos periodontales profundos se llama periodontitis con síntomas como: retracción de las encías, movilidad de los dientes, separación de los dientes, aumento de la sensibilidad dentaria, sobre todo al frío, dolor de encías, mal aliento y abscesos y flemones en la encía. También tienen mayor riesgo de leucoplasia una lesión premaligna y de cáncer de cavidad oral. El riesgo en un fumador es 6 veces superior al de un no fumador. El lugar de mayor incidencia de cáncer oral es el piso de boca, la lengua, el labio y las glándulas salivales. El tabaco es responsable de: 50 % de cáncer en cavidad oral.